Suelo Pélvico, Técnicas

Hace unos días os colgábamos en nuestras redes sociales el caso de una mami con la que empezamos a trabajar su recuperación postparto tras este confinamiento y os explicábamos en qué iba a consistir su tratamiento.


Antes de nada, queremos darle las gracias a esa mami por dejarnos publicar su caso.


Uno de los tratamientos que os poníamos era la radiofrecuencia y, tras la curiosidad que habéis mostrado desde entonces, hemos decidido hablar en más detalle de esto en esta entrada.


Si no sabes qué es la radiofrecuencia (también llamada diatermia), te dejamos aquí otra entrada que hicimos hace un tiempo hablando de esto: https://www.dinamicafisioterapia.com/radiofrecuencia/


  1. Flacidez abdominal:

    El cambio más visible y que todas notamos tras el embarazo es la flacidez de la zona abdominal. Esa barriga que queda no es la nuestra y queremos recuperar nuestra imagen previa a todo el proceso.


    ¡Pues aquí tenemos buenas noticias! Y es que la radiofrecuencia tiene unos resultados buenísimos en este aspecto.


    1. – Ayuda a regenerar el colágeno ya existente.

    2. – Aumenta la producción de nuevo colágeno y de elastina.

    3. – Alisando la piel y haciendo que tenga un aspecto más terso.

    4. – En muchas ocasiones se puede observar un aumento de volumen por edema (retención de líquido). En este caso la radiofrecuencia también hace un efecto de drenaje linfático muy importante, ayudando a evacuar este exceso de líquido de la zona.

    5. – Además, no tiene ningún efecto rebote, a diferencia de otras técnicas.

    Eso sí, deberás de tener un poco de paciencia para ver los resultados, ya que el cuerpo tiene sus tiempos para la síntesis de este colágeno. Aún así, desde nuestra experiencia, en muy pocas sesiones se suele ver un cambio perceptible.


    A continuación, te dejamos unas imágenes del antes y el después de este caso real de la mamá que te comentábamos al principio. Aquí puedes ver cómo su abdomen está más firme y ha disminuido el perímetro en sólo 4 sesiones. Las 2 primeras se centraron más en el trabajo a nivel visceral, notando también mejoría en cuanto al estreñimiento (más abajo os hablamos de esto).



  2. Suelo pélvico:

    Aunque no es algo tan visible como el abdomen, sí es una zona que cada vez más mujeres entienden su importancia y la necesidad de cuidarlo.


    Tanto si el parto fue vaginal como cesárea, el suelo pélvico ha estado sometido durante muchas semanas a una presión extra que ha podido hacer que se debilite. La radiofrecuencia puede ayudar a recuperar esta musculatura, junto con otras técnicas.


    1. – Mejorando el aporte de sangre a la zona.

    2. – Mejorando el aporte de oxígeno y el trofismo para una óptima recuperación.

    3. – También ayuda a mejorar el dolor, si existe, en esta zona.

  3. Cicatrices:

    Para nosotras, la radiofrecuencia es la terapia por excelencia para el tratamiento de las cicatrices. Todas ellas mejoran enormemente tras unas sesiones de radiofrecuencia, incluso muchas veces en la primera sesión.


    1. – Tanto de episiotomía como de cesárea.

    2. – Reciente o de hace años.

    3. – Dolorosa o no.

    Beneficios sobre la cicatriz:

    1. – Mejora la elasticidad de los tejidos.

    2. – Previene y/o mejora la aparición de zonas fibróticas: esas zonas duras de la cicatriz, a veces incluso abultadas, y que generan restricciones de movimiento a nivel fascial e incluso de tejidos más profundos.

    3. – Mejora el dolor en caso de haberlo.

    4. – Si se trata de forma temprana, evita que la cicatriz quede muy marcada.

    Además de la radiofrecuencia, usaremos conjuntamente otras técnicas para su manejo. También nos gusta darle pautas a las mamás para que puedan tratarse ellas en casa los días que no vienen a consulta.


  4. Diástasis:

    Aunque no es algo tan visible como el abdomen, sí es una zona que cada vez más mujeres entienden su importancia y la necesidad de cuidarlo.

    En el caso de la foto, estamos realizando un hipopresivo, también muy útiles en la recuperación postparto (pero este es otro tema que da para otra entrada de este blog).


    La diástasis no es algo solamente estético, si no que tiene repercusiones a nivel funcional de nuestro CORE. Lo que se pretende con este tratamiento es mejorar la competencia abdominal y así prevenir otros problemas como la incontinencia urinaria.


  5. Estreñimiento:

    Éste es un gran enemigo durante el postparto, sobre todo cuando ha habido una episiotomía en la que han dado puntos


    El suelo pélvico, ya dañado, sigue recibiendo presiones fuertes cada vez que se va al baño, debilitándolo aún más.


    La radiofrecuencia no sólo trabaja a nivel de piel y muscular, permite trabajar a niveles más profundos, incluidas las vísceras.


    En la clínica siempre trabajamos el abdomen realizando previamente unos pases para descongestionar el colon y ayudar a movilizar las heces. Si la mamá nos refiere que tiene dificultades para ir al baño, las primeras sesiones centramos el trabajo más en esta parte. Con esto, masaje específico, ejercicios respiratorios y bebiendo mucha agua suele mejorar en poco tiempo, salvo que haya algún otro problema a nivel médico.


Lo bueno de esta técnica es que resulta agradable. Incluso a veces relajante y apenas tiene contraindicaciones. Aún así, lo ideal es hacer una valoración especializada al inicio para ver en qué te puede ayudar y para personalizar lo máximo posible el tratamiento.


¿Conocías en todo lo que te puede ayudar la radiofrecuencia en la recuperación postparto?, ¿has probado esta técnica? Nos encantaría leer tu experiencia y si has notado resultados.

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Patologías
Hernia discal, protusión discal y fisura

¿Qué es una hernia discal? ¿Qué es una protusión discal? ¿Qué síntomas tienen? ¿Cuál es el tratamiento? ¿Qué puedo hacer para mejorar el dolor?


Nuestra columna vertebral está formada por 33 vértebras: 7 vértebras cervicales (C1-C7), 12 vértebras torácicas o dorsales (T1-T12), 5 vértebras lumbares (L1 – L5), 5 vértebras sacras (S1 – S5, habitualmente soldadas), 4 vértebras coxígeas (soldadas e inconstantes). Existen 4 curvas fisiológicas que le otorgan resistencia y elasticidad a nuestra columna: lordosis cervical, cifosis dorsal, lordosis lumbar y cifosis sacra.



Una mala higiene postural a la hora de trabajar o traumatismos pueden modificar estas curvas produciendo patologías o dolor de espalda. Es frecuente encontrarse con una rectificación de la lordosis cervical, un dorso plano, una hiperlordosis lumbar por ello es fundamental tener una buena reeducación postural.


Entre las vértebras cervicales, dorsales y lumbares existen unos discos intervertebrales que funcionan como “amortiguador”. Estos discos están formados por un núcleo pulposo que está cubierto por un anillo fibroso, el cual tiene como función mantener el núcleo en su sitio.


Los discos intervertebrales soportan mucho peso, por lo que con los años el núcleo pulposo va perdiendo altura, se va desgastando, lo que va produciendo una disminución entre el espacio intervertebral. Esto es conocido como artrosis, no es una enfermedad en sí, sino un proceso de desgaste que ocurre tanto en personas sanas como con patologías.


El envejecimiento, las actividades repetitivas, coger pesos con una mala higiene postural pueden producir una degeneración del disco intervertebral. Estas degeneraciones se pueden clasificar de la siguiente forma:


  1. Fisura discal: Es una pequeña rotura del anillo fibroso, no existe afectación neurológica

  2. Protusión discal: Deformación del anillo fibroso, sin que se produzca una rotura, por un abombamiento del disco. Existe afectación neurológica, el dolor de espalda y la afectación del recorrido de algún nervio (cervicobraquialgia, lumbrocruralgia, lumbociatalgia…) son los primeros síntomas.

  3. Hernia discal: Salida del núcleo pulposo, generalmente hacia el canal medular, debido a una rotura del anillo fibroso. Afectación neurológica importante, dependiendo de la orientación y el tamaño de la hernia el tratamiento sería distinto.


Lo primero que debemos hacer ante la menor duda de que padezcamos alguna de estas patologías es acudir a nuestro médico para que realice las pruebas diagnósticas pertinentes, y a raíz de los resultados, nos ofrezca el mejor tratamiento.


Síntomas de una hernia: Calambres, hormigueos, entumecimiento, pérdida de sensibilidad, pérdida de fuerza, dolor, pérdida de reflejos, postura antiálgica…



Tratamiento conservador

El tratamiento pautado por el fisioterapeuta puede incluir cualquiera de estas técnicas:


  1. Estiramientos

  2. Potenciación muscular selectiva: consiste en el entrenamiento aislado de músculos debilitados o atrofiados.

  3. Masoterapia: ayudan a liberar la tensión muscular.

  4. Fibrolisis diacutánea: rompiendo adherencias y fibrosis entre los músculos, tendones, ligamentos y las envolturas que los envuelven.

  5. Punción seca: aliviará el dolor que produzcan los puntos gatillo o las contracturas.

  6. Terapia Manipulativa: debe ser aplicada por un fisioterapeuta osteópata.

  7. Termoterapia: el calor puede ayudarnos a relajar la musculatura. Si existe un dolor muy localizado con inflamación, lo ideal sería ponerle frío.

  8. Reeducación postural

  9. Neurodinamia: liberando los atrapamientos que pueden sufrir a lo largo del recorrido del nervio.

  10. Radiofrecuencia o diatermia: conseguimos buenos resultados ya que nos permite trabajar a nivel superficial y profundo, relajando la musculatura y/o bajando la inflamación. Es indolora y resulta muy agradable.

  11. Electroterapia y aparatología: ultrasonido, láser, corrientes interferenciales…


  1. Evitar posturas prolongadas.

  2. Evitar coger pesos, mantener una buena hidratación, descansar de forma correcta y una buena alimentación son consejos que también pueden ayudar.

  3. Lo más importante es mantener una buena actividad física. Hace años se creía que el ejercicio podría ser perjudicial para las hernias discales, pero en la actualidad, siempre y cuando el traumatólogo/neurocirujano lo permita, se sabe que una buena forma física previene el dolor y ayuda a prevenir el dolor crónico.


Tratamiento quirúrgico

En casos que el tratamiento conservador no funcione o que exista una gran afectación neurológica, puede ser necesario un tratamiento quirúrgico siempre y cuando el neurocirujano lo crea oportuno.

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