Embarazo, Postparto
Ayer hizo una semana de unos de los días más felices de mi vida, pero seguramente del día más intenso.El miércoles 16/03/2022 a las 06:53 nació Antía, y como algunos ya sabéis las cosas no fueron como esperábamos.
Para que os pongáis en situación el martes me encontraba perfectamente, fui a la piscina con el otro peque y estuve haciendo mis ejercicios de movilidad, fui a caminar con el perro y notaba alguna contracción no dolorosa, pero nada que me hiciese pensar que me iba a poner de parto.
Esa noche estuve con mucha acidez, pero esto era algo común en este embarazo y pensé que sería porque había cenado demasiado.
Sobre las 05:00am empecé con contracciones, vómitos, descomposición y perdí el tapón mucoso. Las contracciones eran muy intensas y muy frecuentes, así que desperté a mi pareja para decirle que nos teníamos que ir al hospital, porque pensé que algo no iba bien. Había leído mucho sobre partos y estaba saltando de una fase a otra, no pensé que estaba frente a un parto precipitado.
PARTO PRECIPITADO
La expresión “parto precipitado” o “parto exprés” suele utilizarse para describir partos donde todo acontece rápidamente, menos de tres horas desde el inicio del trabajo de parto hasta el nacimiento del bebé. Tan rápido que en muchos casos no da tiempo a llegar al hospital, pudiendo acontecer el parto en trayecto en el coche o taxi, en la calle o en casa, por eso a veces se llamaba parto “extramuros” en referencia “a fuera del hospital “. Enlace.No quería asustar a mi otro peque, así que preparamos su bolsa para que lo viniese a buscar su abuela. Mientras David me convenció para darme una ducha calentita, me puso un audio de hipnoparto y me guio las respiraciones.
En la ducha me estuve moviendo, dejándome llevar por como me pedía ponerme el cuerpo, me concentré mucho en la respiración (era tal el dolor que me costaba respirar) y recordé todos los mantras que había estado diciéndome esos días, esto hizo que bajase mi situación de estrés y me evadiese un poco.
Mientras estaba en la ducha vino la abuela a por el peque y fijaros que ella me vio bien, no pensaba para nada que en menos de 30 min iba a ser abuela.
Le dije a mi pareja que teníamos que irnos, que me ayudase a vestirme y nos íbamos para el hospital, pero justo al salir de la ducha rompí aguas. Las contracciones ya no me permitían moverme, me hacían gritar, era incapaz de mantenerme erguida, mi cuerpo me pedía estar flexionada hacia delante con los brazos apoyados.
Después de un par de intentos y David viendo que casi no era capaz de articular palabra, llamó al 061 y yo ahí tuve un momento de lucidez en el que le dije “La niña está saliendo, prepárate porque no va a llegar la ambulancia a tiempo”. Después de tres contracciones y mientras estábamos con el 061 al otro lado del teléfono Antía decidió salir al mundo.
Por suerte su papá tuvo la suficiente sangre fría para cogerla, recordarme que respirase y envolverla rápido en una mantita para pasármela. Yo estaba en shock, pero con un subidón hormonal y él hecho un mar de nervios.
En el momento que la cogí, vi que estaba llorando y que todo estaba aparentemente bien me puse a llorar porque estaba muy asustada, aunque estaba con un subidón tremendo. No me dolía absolutamente nada, todo lo contrario, el expulsivo fue un alivio tremendo y me sentía muy bien.
Cuando llegó el 061 pinzaron el cordón y nos llevaron en ambulancia al hospital, donde me valoraron a mí y a la peque que estaba en mis brazos.
En mi caso expulsé la placenta en el hospital y revisaron que todo estaba ok. Tuve un desgarro Grado I y me administraron oxitocina. Tuve un sangrado justo después del alumbramiento de la placenta.
En el caso de la peque, nació con 2,7kg y todo ok, pero decidieron dejarla en neonatología al ser un parto extramuros y tenía un pelín alto el hematocrito, probablemente por tardar en clampar el cordón y le pusieron suero.
Me permitieron hacer piel con piel durante un par de horas y luego la llevaron a Neonatos.
La suerte es que, al no recibir anestesia, yo me encontraba fenomenal y pude estar con ella para darle el pecho y mimarla. Lo único que me molestaba eran los entuertos, del primero no recuerdo tenerlos, pero en este si que tuve y eran molestos.
Todos los que me conocéis sabéis que quería un parto respetado, pero no me imaginaba que fuese así, ya que siempre me pareció fundamental el apoyo de un@ matron@ y si fuese necesario un equipo médico.
Por suerte no paso nada, para mí el parto fue un 10 pero repito ojalá ese 10 en el hospital y bajo vigilancia.
Aprovecho desde aquí para dar las gracias a todos los profesionales sanitarios que nos atendieron esos días, se portaron de 10 con nosotros y nos ayudaron mucho con la lactancia. ¡Muchas gracias!
Ahora estamos bien, ya hemos asimilado lo ocurrido y disfrutando muchísimo de los peques.
Creo que Antía ha venido a recordarme que soy más fuerte de lo que parece y también a sanar algunas de mis heridas del pasado 👨👩👧👦❤️.
Muchas gracias a todos por vuestros buenos deseos y vuestras felicitaciones en estos días ❤️❤️.